Monday, July 14, 2008

PORQUE EL ARTE TAMBIÉN ES UN DERECHO.

VII Festival de Teatro Infantil EDUCARTE

Agosto 2008

La función del arte en la sociedad es edificar, reconstruirnos cuando estamos en peligro de derrumbe." Sigmund Freud

¿QUÉ ES EDUCARTE?

La Asociación Producciones Artísticas Educarte es un colectivo de grupos de Teatro y Títeres Independientes, con una amplia trayectoria en el quehacer artístico para niños, niñas y jóvenes; quienes creemos en el arte como una herramienta imprescindible para el desarrollo de conocimientos y valores además de un componente fundamental de apoyo a la educación formal a través de la estimulación temprana. Este colectivo está conformado por los grupos: Teatro y Títeres Cucaramácara, Teatro Contraluz, Teatro Giratablas, Proyecto Cultural La Pulpe, Teatro El Almo y Teatro Aby.

Con el VII Festival Educarte pretendemos dar continuidad al proceso de fortalecimiento, promoción y difusión del teatro infantil y familiar que venimos desarrollando desde hace ya más de una década.

En esta oportunidad a través del proyecto ProArtes del Ministerio de Cultura y Juventud nos proponemos, además de la realización del Festival Metropolitano durante todos los domingos de agosto en el Teatro Variedades; ampliar nuestra cobertura, realizando 15 representaciones de los grupos de Educarte distribuidas entre las provincias de Guanacaste, Puntarenas, Limón, San Carlos y Pérez Zeledón. Uno de nuestros propósitos es impulsar la acción cultural comunitaria a partir de la participación, organización y gestión comunal, de modo que la llegada de los espectáculos sea el resultado del trabajo de las organizaciones sociales de cada comunidad.

Hemos seleccionado un repertorio de espectáculos que no solo contribuyan a través de la diversión y el disfrute estético del público asistente, sino también fomenten el aprendizaje y la reflexión sobre temas de importancia y actualidad. Creemos que el arte, a través del placer estético que genera, es una gran herramienta educativa que potencia la creatividad, la sana convivencia y promueve valores y actitudes fundamentales desde la infancia.

Wednesday, July 2, 2008

GRUPOS DE ARTE ESCÉNICO EN COSTA RICA: SOSTENIBILIDAD POR RESOLVER

Giancarlo Protti Ramírez
Asociación Cultural Giratablas

grupos de Arte Escénico en Costa Rica: SOSTENIBILIDAD por resolver

Resumen:

La presente ponencia se refiere a las relaciones que enfrentan los grupos de arte escénico en Costa Rica, en procura de lograr su sostenibilidad en el plano productivo. Con respecto a la situación que atraviesan los grupos de teatro, danza y música, se pueden enunciar una serie de variables, no sólo referidas a sus propias prácticas artísticas, sino también relacionadas con la herencia de circunstancias históricas, así como con el acontecer económico y político de la actualidad.

Dentro de la lista de obstáculos que enfrentan los grupos de arte escénico a nivel social, sobresalen circunstancias como la falta de reconocimiento de la dimensión productiva de la cultura; debilidad en los mecanismos para elaborar políticas culturales representativas; opacidad de valoración hacia el arte escénico como parte de la diversidad cultural y en relación con el desarrollo social; desinterés de “los mercados” globalizados por los productos de menor convocatoria pública; escasez de programas dedicados al incentivo de la creatividad; ausencia de un programa de formación en gestión cultural y carencia de una legislación cultural especializada.

En la lista de obstáculos a nivel interno que “arrastran” los grupos de arte escénico, como organizaciones civiles y como sector artístico, cabe mencionar, debilidad en la implementación de sistemas administrativos y financieros; desarticulación gremial; dificultad para conformar redes de cabildeo e influencia; desconocimiento de las nuevas tendencias que conceptualizan y ejercitan la organización desde la gestión cultural.

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En Costa Rica en los últimos 25 años, la implementación o puesta en práctica de políticas culturales desde el MCJD[1], no ha sido una tarea consecutiva y coherente, sino que ha respondido a las dinámicas políticas y concepciones de cada periodo. No obstante, de manera intermitente, ha contado con funcionarios que han logrado interpretar el momento y las necesidades de sectores específicos de la cultura, gestando programas, infraestructuras y presupuestos al servicio de su crecimiento.

Sin embargo, muchos sectores de la producción cultural no se sienten representados o estimulados en los planes y programas del MCJD. La situación es irregular y confusa para los sectores integrados por artistas y promotores independientes, asociaciones culturales y comunales, empresarios que generan algún tipo de producto o servicio cultural, e intelectuales que practican algún tipo de investigación relacionado con temas culturales.

Actualmente no se considera que le corresponda exclusivamente al Estado la creación de las políticas culturales, porque se le visualiza como posible facilitador en la participación de los diferentes actores sociales, para la elaboración de las mismas. Sin embargo, la participación ciudadana o la democratización en el proceso de elaboración de políticas, no es un asunto tan mecánico como simplemente llamar a la población a opinar. Promover la participación ciudadana requiere de estudios específicos y de elaboradas metodologías participativas, que garanticen la efectividad de los encuentros y de los mecanismos empleados.

Por otra parte, los contenidos que integran una política, representan la ideología o los intereses de un grupo determinado en el poder, muchas veces contrarios a las ideas y necesidades del sector social representado. Poner en una mesa los diferentes criterios y seleccionar los más oportunos para el beneficio común, requiere de mucha madurez política en el sector cultura, para poder sacar provecho y beneficio común.

En Costa Rica aunque el mecanismo todavía no es muy claro, resulta evidente la falta de políticas culturales, que articulen el binomio cultura y desarrollo. Esto pone en evidencia, que el concepto de que la producción cultural está en capacidad de aportar al desarrollo económico e integral del país, se encuentra aún en ciernes. Quizás se trata de una utopía que demanda urgentemente acercarse a la realidad.

En este contexto, la práctica de los grupos de arte escénico, se caracteriza por ir solucionando cotidianamente y de manera individual, los embates de la producción y la promoción escénica. Justamente desde esta praxis a veces irresoluta, se desprende la necesidad de encontrar formas operativas para la sostenibilidad de su producción.

La gran mayoría de las organizaciones culturales y de los grupos artísticos, procuran mejorar la calidad de su arte, sostenerse económicamente, mejorar su tecnología para optimizar y hacer más eficiente su producción, profundizar la circulación de su producto, cautivar nuevos públicos y mejorar en definitiva sus condiciones laborales y su calidad de vida.

Cobra entonces sentido, intentar solucionar una parte de las necesidades básicas desde el propio sector, desde la propia comunidad productiva, que además otorga a sus miembros identidad, posibilidad de crecimiento organizativo, y en algunos casos, sentido de pertenencia a una red social. Un sector organizado puede generar redes de cabildeo, para luego influir en la configuración de políticas que le faciliten su desarrollo.

La sostenibilidad se puede lograr mediante la implementación de estrategias de crecimiento y desarrollo, en donde se combinan una serie de objetivos, tácticas, acciones y métodos, para posibilitar el alcance de una o varias metas.

Algunas partes de una estrategia pueden ser desarrolladas y alcanzadas por un solo grupo, como las relacionadas con producción de un espectáculo, capacitación y asesorías específicas, mercadeo y financiamiento de un proyecto particular. Pero los temas mayúsculos como el reconocimiento de la dimensión productiva de la cultura, el reconocimiento de la diversidad cultural, o la implementación de políticas públicas que faciliten el desarrollo del sector, sólo pueden ser impulsados mediante estrategias colectivas, con la participación de grupos con necesidades e intereses afines.

La conformación y consolidación de redes de grupos y artistas escénicos, para cabildear e influenciar a favor de la resolución de sus necesidades específicas, se torna una urgencia en los propósitos de hacer de las asociaciones culturales y de los grupos artísticos de teatro, música y danza, organizaciones estables, sostenibles y duraderas, capaces de ofrecer todo su potencial al desarrollo integral de las comunidades y del país.

Paralelamente, los grupos de arte escénico deben ir resolviendo los vacíos existentes en aspectos administrativos y contables, tecnológicos y operativos. Se requiere mayor actitud hacia la investigación de temas culturales y de metodologías para la planificación, gestión del proyecto y evaluación.

La gestión cultural es un conjunto de conceptos y herramientas, utilizados para contextualizar socialmente, proyectar, financiar, producir y evaluar, procesos orientados a propiciar el desarrollo cultural. El gestor cultural busca el reconocimiento de la cultura como un derecho humano primordial, así como visualizar la dimensión de la producción artística y cultural, mediante la estimulación de proyectos relacionados con economía, legislación, turismo, educación, industria, dinamización del patrimonio y redes de información y cabildeo.

En América Latina, la necesidad de implementar planes de formación en gestión cultural, surge especialmente en los años noventa, a partir de la acumulación de contradicciones heredadas de una época de cambio de modelos políticos y económicos, sobre todo ligados a la transformación del papel del Estado y al rol que vienen a cumplir las organizaciones civiles en la era de la globalización.

En Centroamérica resulta eminente la necesidad de crear un programa formativo en gestión cultural, pues se cuenta con una importante cantidad de instituciones, empresas y creadores artísticos dedicados a la producción cultural, pero hay muy pocos profesionales capacitados para la administración de espacios culturales, para la ejecución de proyectos o para la gestión de procesos de cambio, que a través de la acción cultural generen beneficios colectivos a sus propias comunidades. La gestión cultural en Centroamericana es un campo en plena construcción.

América Latina por sus características demográficas, de extensión territorial y de diversidad cultural, se encuentra en capacidad de crear planes regionales para proteger, producir y hacer circular sus bienes y servicios culturales. Para ello deben profundizarse los estudios de su propio comportamiento cultural, ampliar los sistemas de información e incentivar a los gobiernos, empresas y organizaciones civiles, para que implementen plataformas de circulación y difusión escénica.

Las formas artísticas en la globalización, tienden a configurarse desde la lógica del mercado y de sus representantes trasnacionales y no desde la lógica del desgastado Estado-nación o desde el impuso creativo de las comunidades. En el caso del arte y de la producción cultural, dado su valor pluridimensional, es claro el eminente peligro de dejar su legitimación al mercado, que privilegia el valor mercantil por sobre el valor cultural y su función dentro del desarrollo integral de las comunidades y países.

Existe sin embargo una parte de la globalización, de la cual se han venido apropiando unos y otros para la consecución de sus metas, especialmente en el uso tecnológico del Internet y de la comunicación digital. Pero conviene pensar, el como insertar los productos y servicios culturales en los circuitos de circulación, sin que la lógica del mercado violente sus formas y contenidos identitarios, en función de la venta.

La obsesión empresarial por impulsar el desarrollo sólo desde un punto de vista económico y tecnológico, produce serios estragos a los intereses de la comunidad, pues deja por fuera sus opiniones, necesidades culturales, aspiraciones y visión particular del desarrollo.

Habría que promover una política que propicie el pluralismo, la generación de oportunidades para las diferentes partes, el acceso a recursos e información. Se pone de manifiesto, la necesidad de consolidar instancias para estimular el diálogo entre el Estado, el sector privado y el sector artístico, para facilitar los procesos de producción y circulación escénica, así como para la implementación de estrategias de sostenibilidad, mediante planes propios y alianzas multilaterales.

Un elenco de acciones recomendadas para las artes escénicas:

Aún cuando no existen pasos únicos a seguir, puesto que las metas y necesidades de cada grupo varían, pueden enunciarse una lista de acciones que coadyuven las intensiones de los grupos para lograr procesos de sostenibilidad en su gestión, producción y promoción artística.

  1. Propiciar condiciones para el fortalecimiento de redes de artes escénicas en información, coproducción, circulación, cabildeo e influencia.
  2. Estimular la creación de mecanismos participativos, para generar influencia en la elaboración de las políticas culturales públicas.
  3. Promover políticas y legislación cultural para provocar el reconocimiento de la dimensión productiva de la cultura, el reconocimiento de la diversidad cultural, el desarrollo cultural comunitario, el estímulo a la creatividad, el fortalecimiento del sector profesional independiente y el incentivo fiscal a las empresas que financien proyectos culturales.
  4. Estimular la investigación de temas relacionados con la gestión cultural e implementar estrategias de desarrollo al interno de los grupos y de las redes.
  5. Promover proyectos para la creación de planes de formación en gestión cultural, así como la incorporación del estudio de las artes escénicas en la educación primaria y secundaria.
  6. Establecer circuitos de circulación nacionales, así como para la promoción internacional del arte escénico costarricense.
  7. Impulsar proyectos relacionados con el turismo, los medios de comunicación y el patrimonio tangible e intangible.
  8. Facilitar el estudio, la capacitación o las asesorías en sistemas administrativos, financieros, tecnológicos, de redacción de proyectos, de diagnóstico, planificación y evaluación, de técnicas de trabajo en grupo y de dinámicas creativas para la superación de barreras y resolución de conflictos.
  9. Generar alianzas estratégicas con el Estado, las instituciones públicas autónomas, las municipalidades, las empresas privadas, la cooperación internacional y las organizaciones civiles, para la consecución de metas comunes.
  10. Defender y fortalecer los espacios, políticas, planes y presupuestos dedicados a la investigación estética y la creación artística, como la esencia vital de los grupos de arte escénico.


[1] Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes.

Tuesday, June 10, 2008

Franz Hinkelammert

por Adrián Pineda.

Un amigo me invitó el miércoles 7 de mayo pasado, por la noche a la apertura del Congreso de Artes Escénicas aquí en San José. Ahí tuve la más grata sorpresa de los últimos tiempos, escuchar por primera vez a Franz Hinkelammert. La verdad no tenía idea que un pensador contemporáneo tan importante viviese en este país. El Dr. Hinkelammert es tambien economista y teólogo, lo cual le da una amplia perspectiva, pero además, desde la torre de sus casi ochenta años –nació en Alemania en 1931,- ha contemplado en primera fila la historia reciente.

La disertación trató sobre el arte en general.

¿Qué es la naturaleza? Capital Natural.

¿Qué es el hombre? Capital humano.

¿Qué es el arte? Algo inútil pero importante...mas imprescindible cuanto mas inútil sea.

Ríe con las paradojas. Explica que el árbol útil para hacer muebles es cortado, el otro, el árbol inútil que no sirve para muebles, ese queda en pie y da sombra. A ese árbol se arrima el ganado. Es lo importante inútil. La utilidad es un juicio relativo del sistema.

Escucharlo me energizó y me hizo buscar más ensayos, que están disponibles en Internet o impresos por la Editorial DEI. Leí hoy "La Globalidad de la Tierra y la Estrategia de globalización". El Dr. Hinkelammert cita a Lester Thurow, economista de MIT: "los capitalistas americanos declararon a sus obreros la guerra de clases – y la han ganado." Entrevistado sobre la globalización, Thurow explica que la economía globalizada moderna está poniendo a prueba el sistema, tratando de averiguar hasta dónde pueden bajar los salarios, cuánto puede subir la tasa de desempleo antes de quebrar el sistema. Pero no solo el hombre y la economía están a prueba, sino también la democracia. El objeto es descubrir cuánto mercado aguanta la democracia antes de quebrarse.

Con la crisis hipotecaria que ya se extiende a Inglaterra, y la crisis alimentaria que ya cobra vidas en los paises pobres, aparecen las primeras grietas. ¿Hemos pasado el punto de no retorno? ¿Estamos entonces ante suicidio colectivo? Hay una frase muy popular en el inglés norteamericano, The Sky is the limit, que ilustra otra paradoja: lo irracional se torna racional. Las especulaciones sobre el límite de lo tolerable se borran y aparece un proceso de destrucción sin límite.

Sin embargo el ensayo no es pesimista, concluye con una propuesta que incluye la resistencia activa, ( El arte como tal., es resistencia) pero también una redefinición del concepto de utilidad. Personalmente el crecimiento permanente me ha parecido una utopía en el mejor de los casos, y una estafa en el peor. Me parece que la humanidad debe encontrar un balance con la naturaleza. Desgraciadamente la disyuntiva entre biocombustibles y alimentación es inaceptable. Por el camino que vamos, dice el Dr. Hinkelammert, los autos nos devorarán. Además de hacer escuchar el sonido de las cacerolas vacías a nuestros políticos neoliberales, debemos reducir nuestro consumo individual de energía, y por qué no, ahora que empiezan las lluvias plantar nuestro propio huerto.

Saturday, June 7, 2008

Henrik Ibsen, ¿Comunista?

Adrian Pineda
Comentarista Teatral

Ayer por la tarde me encontré con Juan Fernando Cerdas en San José. Está trabajando con un grupo de jóvenes bajo el auspicio de las Naciones Unidas y el gobierno de Noruega. Juan Fernando es director de teatro y encabeza el Proyecto Ibsen. Hoy estrenan en el Melico “Un Enemigo del Pueblo”, del dramaturgo noruego, para estudiantes.

Me alegró mucho hallar a un veterano entusiasta y activo, pero sobre todo celebré la oportunidad de que la juventud descubra – y los no tan jóvenes redescubramos- uno de los maestros de todos los tiempos. Si alguien recuerda algo de la obra de Ibsen sabrá que El Enemigo del Pueblo es algo así como el Grupo Mapache y los empresarios turísticos que han expropiado la costa a los costarricenses. Los políticos y autoridades -para variar,- están en el bolsillo de los empresarios. Esta poderosa alianza trata de neutralizar las denuncias de un médico honesto, a quien intentan persuadir primero y luego comprar. Finalmente, con la solapada complicidad de la prensa, lo denuncian ante la opinión pública como el “verdadero” enemigo del pueblo. Pese a la distancia en el tiempo y el espacio la obra refleja asombrosamente la situación actual de Costa Rica.

Es la universalidad atemporal del arte. Supongo que algunos acusarán a Ibsen de agitador comunista. Otros –los más brillantes- establecerán paralelos bolivarianos con el gobierno Noruego. Tengo una profunda gratitud con Ibsen y Bertoldt Brecht por darme instrumentos para comprender el mundo en mi juventud (a Brecht ciertamente pueden tildarlo de comunista, pero es una etiqueta que resbala porque su Galileo trasciende las ideologías.) No sé si asistiré a alguna función por conflictos de horario, pero el encuentro casual evocó una breve meditación sobre la globalización:

La globalización neoliberal es exclusivamente comercial. Pretende someter al individuo a un molde consumista universal y defiende solamente las libertades que avanzan el lucro. El arte es desinteresadamente universal, pero su molde –si puede llamarse así,- es adaptado por los individuos a su propia cultura. El goce estético viene de descubrirse a sí mismo en el espejo del otro. De descifrar las variaciones de una melodía familiar, y a veces, de la sorpresa repentina que nos hace cuestionar cosas que hasta entonces eran el status quo. Nora, en “Casa de Muñecas”, por ejemplo, se transforma en gigante frente a su marido en el último acto cuando cuestiona lo que ninguna mujer cuestionó antes y asume valientemente las consecuencias.
En nuestro tiempo muchos prefieren el conformismo convencional que les llena la barriga y entretiene. Reaccionan con miedo y fanatismo ciego contra los críticos del orden establecido del que, presumen, deriva su seguridad. Y si algunos, como en Sardinal, salen a la calle a desafiar el status quo, a esos intentan neutralizar de cualquier manera posible. Por eso, para algunos, el arte es peligroso y debe estar encerrado en museos y conservatorios. Sin embargo en la misma academia los clásicos pueden revelarnos lo que algunos intentan ocultar. Me complace la globalización del arte, pero no la globalización meramente comercial que nos recetan los TLCs de moda.

Tuesday, June 3, 2008

Títeres como herramienta para la educación. Del interés a la motivación

Anselmo Navarro

Titiritero.

En la actualidad ya no se discute que los títeres tienen un gran valor como herramienta educativa.
La discusión se centra más en como usarla correctamente y sacar de este recurso un resultado notable y cuantificable.

En Costa Rica, los centros universitarios que preparan educadores aún no han incorporado en sus programas, cursos que potencien el adecuado uso de esta herramienta y por tal su uso es desordenado, espontáneo, y no metodológico.

Los títeres, son muy importantes, pues constituyen un medio atractivo al momento de desarrollar contenidos que requieran de la participación del estudiante. Como estrategia de enseñanza, los títeres, al igual que otros recursos didácticos, deben cumplir normas de construcción, presentación y adaptación a las diversas actividades escolares, para de esta manera lograr que el desarrollo de los contenidos de enseñanza se den de forma efectiva y dinámica. Los títeres son uno de los pocos recursos que estimulan- al mismo tiempo- los tres canales de percepción (auditivo, visual y kinestésico) que permiten el aprendizaje en el niño. De allí la importancia de los mismos en la enseñanza de la geometría, la lengua o los idiomas, la ciencia, la historia y los valores relativos a nuestras relaciones con los demás y con el medio.

El docente debe siempre procurar el esmero en la planificación de todas y cada una de las actividades a desarrollar y adecuarlas al nivel cognoscitivo de cada grupo de estudiantes. Debe también, comprender que el alumno constituye el sujeto más significativo y sensible del acto pedagógico y que es importante prepararse académica e intelectualmente para evitar improvisaciones que entorpezcan el acto de enseñanza.

Con el fin de profundizar en este tema y demostrar tanto el alcance como la importancia de determinadas técnicas titiriteras para el desarrollo de contenidos programáticos, la licenciada en enseñanza del inglés Floribhet Abarca, realizó una investigación de campo, trabajando temas específicos del programa de segundo y tercer grado, con estudiantes de los mismos grados en la misma escuela, pero tratándolos unos con títeres de mesa, otros con títeres de sombra, otros con títeres de guante y finalmente otros con técnicas clásicas que no incluían el uso de elementos titiriteros. El resultado a nivel de rendimiento en exámenes estuvo notablemente inclinado a favor de los estudiantes que recibieron la materia con títeres de mesa y con títeres tradicionales, seguido por los de sombras.

La reflexión que esta investigadora, educadora y además titiritera realiza a partir de su experiencia es que el disparador de estos resultados es esencialmente producto del interés que los estudiantes le tomaron a la materia y a la hora de clase, siendo que el deseo de asistir, el nivel de atención, la participación creativa y voluntaria, la curiosidad y el principio de encontrar en esa hora un espacio lúdico y divertido, dio como resultado un importante aumento en la motivación por realizar tareas, preparar ejercicios, participar en investigaciones y juegos dirigidos y finalmente en apropiarse de la materia como un logro-premio resultado del juego mismo.

Evidentemente despertar el interés es el primer paso del proceso de motivación, la motivación en general, desarrolla necesidades que deben ser resueltas y esta dinámica empuja al estudiante a participar creativamente, a ser parte del proceso más que a estar solo como observador pasivo y finalmente se sitúan en su inconsciente las metas-logro, que resultan ser el aprendizaje mismo.

Es así que, resulta sumamente importante que la formación de los profesores y maestros incluya el uso adecuado de estas técnicas, para lo cual sería ideal la incorporación de seminarios prácticos en los programas universitarios y talleres permanentes dictados por el MEP para preparar a los docentes en el uso adecuado de esta técnicas según los programas, los niveles, el marco social donde se encuentran los centros educativos y los recursos disponibles.

Dejo pues esta invitación a que sean los mismos docentes los que soliciten al MEP que se abra este espacio de preparación, dado que hoy en día hay suficientes profesionales en el quehacer titiritero que pueden ser facilitadores de estas herramientas.

Friday, May 23, 2008

EL ACTOR ES EL AUTOR

EL ACTOR ES EL AUTOR
por Jorge Picó
–Valencia–
(enviado por Giancarlo)
Jacques Lecoq, el silencio y lo invisible.
La pedagogía en la escuela de Jacques Lecoq es un viaje de dos años que comienza en el silencio y termina con la máscara más pequeña del mundo, la nariz roja del clown. Un recorrido por el llanto y la risa, los dos grandes extremos del teatro, estructurado por el que ha sido el más grande pedagogo teatral de este siglo que nos deja. Despojados de la palabra al inicio de la escuela, el viaje termina frente al público, vestido de payaso, haciendo reír, que es una de las formas más sublimes de pedir que a uno le quieran. Para mí fue una escuela donde, dudas y dolorosos descubrimientos aparte, uno se lo pasaba en grande haciendo teatro. La enseñanza se convirtió en un feliz acontecimiento donde acabas redescubriendo la vida de otra forma. Sin abandonarlo nunca, el silencio permanece como un poso que genera y acoge la palabra dramática, es su raíz. Paralelamente, de la inmovilidad nace el movimiento. Silencio e inmovilidad, palabra y movimiento terminan cruzándose, enriqueciéndose mutuamente en el escenario. Sin confundir la palabra con el discurso, la inmovilidad con el estatismo, y el movimiento con la gesticulación y el agitarse; un teatro de movimiento es un teatro donde los actores, además de moverse, se mueven bien, con justeza. El reposo es el silencio del cuerpo, dijo Balzac. Me callo para luego poder hablar mejor, no enmudezco sino que me alejo un instante de las pasiones humanas, entro en un estado de calma que facilita la comprensión del mundo que me rodea, ofreciéndome ojos hacia lo invisible, y facilitando que resuenen en el interior las dinámicas, los volúmenes, el color, los ritmos exteriores. La calma, la neutralidad, es la página en blanco donde escribiremos nuestras emociones. Algo de esto tiene su trabajo con la máscara neutra. Con Lecoq el actor se hace actor-mimo y acompaña al pintor, al poeta, al arquitecto, en mimar el mundo que le rodea. A todos corresponde esa aproximación mimodinámica de las cosas. Yo, como actor, puedo poner en movimiento la emoción que sentí al descubrir la nieve en Suecia. Un músico lo haría con una melodía, un pintor trazaría en el papel. Y todos estamos sacando fuera un ritmo interno, dándole forma a una sensación. Por eso la escuela se inspiraba tanto del trabajo de los poetas, de los pintores, de la arquitectura. Lecoq indicaba que el libro más bello que hay sobre el mimo, El Tratado de la Pintura, no lo escribió un hombre de teatro, sino Leonardo da Vinci. Adentrarse en el silencio es alejarse del comentario, del discurso explicativo, para entrar en la acción y darle el espacio que le corresponde a la palabra. Allí aprendí que las grandes obras dramáticas empiezan y surgen del silencio. Lecoq decía que en el teatro actual se habla demasiado. Su escuela es un espacio para la creación, un lugar para repensar el teatro, acto cada vez menos frecuente en estos tiempos de furia y ruido, y más, una escuela de la mirada, y un cuestionarse ligado al misterio de la vida. ¿Cómo se mueve? ¿Cuál es el gesto justo que corresponde a la acción? ¿Por qué tenemos la sensación de que dura demasiado la escena? ¿Cuál es la voz que corresponde al cuerpo que presenta el actor? Eran algunas preguntas que nos hacíamos en su escuela. Más que enseñar, buscaba junto a sus alumnos, con ellos y a veces contra ellos. Al maestro le interesaban más los comportamientos en escena que las ideas, o un determinado mensaje. Un comportamiento siempre se traduce en una forma de moverse, de reaccionar; contrariamente, las ideas nacen sin un cuerpo determinado, ingrávidas, y muchas llevan fecha de caducidad. Los comportamientos humanos siempre están ahí, y al actor-mimo le corresponde encarnarlos. En una escuela donde convivían tantas nacionalidades, posturas, religiones y formas de ver el mundo, habríamos terminado matándonos si solamente hubiéramos trabajado desde las ideas. Es mejor hacerlo a partir de la emoción y de ahí pasar al movimiento, o al revés: moviéndome me emocioné. Ahora mismo no sé bien si fue mientras pulía el gesto en alguno de los ejercicios que enseñaba cuando llegó la emoción, o fue al contrario: de lo emocionado que estaba me puse a moverme. Poco a poco fui construyendo un sendero que recorría en los dos sentidos, pasando por la inmovilidad. En un teatro que privilegia el gesto, lo humano y lo universal se dan la mano; frente a la palabra del poeta que queda impresa o pasa de boca a boca con precisión, el gesto del actor se pierde con mayor facilidad y sólo se transmite de una forma artesanal. La enseñanza teatral, la buena, tiene más que ver con la artesanía que con los métodos o los sistemas. Nunca he comprendido cómo se puede enseñar un método de actuación que sirva “en general” para hacer teatro. Más bien probando, equivocándose, descubriendo, uno aprende según el tipo de teatro que trabaja. Viviendo la creación como un problema y un juego al mismo tiempo. Son los distintos territorios dramáticos, La Comedia del Arte, el Drama, el Melodrama, etc, los que te exigen una forma de trabajo determinada y por tanto una pedagogía que se interrogue sobre el universo particular de cada estilo. De la misma forma que el escultor se adecua a los materiales con los que trabaja, el teatro de Shakespeare exige un cuerpo distinto que el de Dürrenmatt , el de Bob Wilson o el de Sanchis Sinisterra. Encuentro muy interesante el tratar los diferentes estilos teatrales como una materia que va aportando las claves si se está a la escucha. De esta forma nos han llegado algunos movimientos de la Comedia del Arte (actitudes, formas de caminar), de actor en actor, trabajándose, modificándose, a modo de hallazgos, pequeños tesoros que pasan de mano en mano. Con Lecoq no aprendías teatro, lo descubrías. Al maestro le gustaba poner las cosas en movimiento, accionar y sobre todo reaccionar para mostrar lo invisible, para transformar un espacio en lugar de juego, agrandándolo hasta el infinito, atormentándolo para que cupieran las grandes pasiones humanas, habitándolo, atiborrándolo de vida. La mirada del maestro Lecoq era un maestro lo bastante razonable como para pedir lo imposible. “Juega el drama de unos espaguetis reblandeciéndose en el agua hirviendo, coge el estado de un hipopótamo, eres aceite y te desparramas por el suelo...” Estas propuestas y otras más “normales” trabajaba en sus clases de primer año. Cuando uno de mis compañeros, ahora ya afamado director de teatro sueco, le preguntó si podía iluminar de rojo la escena en la presentación de uno de sus trabajos, Lecoq le contestó que si quería que el público viera el color rojo en el escenario que lo diera con el cuerpo. Creo que en él convivían Descartes y Rabelais con la mayor naturalidad, pues le gustaba estructurar el delirio, acotar con fineza para encontrar libertades creadoras. Uno salta más alto si le ponen un listón enfrente que si lo hace en el vacío. Las preguntas y los obstáculos, si están bien situados, ayudan a encontrar el estilo personal de cada uno. Afortunadamente sabía ver más allá de lo que sus alumnos le proponían y tenía el don de hacerte ver con él. Creo que ésta es la gran cualidad de un maestro, te saca de los territorios a los que estás acostumbrado y amplía tu horizonte. Te ofrece los hombros del gigante para que subas a ellos y veas más lejos. Cuestiona si hace falta tu propia mundo y no te permite vagabundear en lo mediocre. Por eso supo ver en la Comedia del Arte la gran Comedia Humana, alejándola de esa idea de rombos, colorines, dibujos y carta postal veneciana que tenemos de ella. Así hacía con todo, nos apartaba de las ideas que teníamos de las cosas y nos pedía que fuéramos a las cosas mismas, que son siempre mucho más interesantes. Un árbol será para un jardinero su sustento y para una pareja, el lugar memorable donde sellar su amor, para otros, la sombra donde echar una siesta. Pero en el fondo “un árbol es un árbol y adentrándonos en él descubriremos el mundo”, decía. En los detalles se esconde la verdad, y recuerdo cuando me dijo que al trabajar una escena de billar, lo más interesante era ver que el billar es un juego muy político... siempre veía más allá. Si algo le disgustaba eran los alumnos que no defendían una opción de teatro personal, lo cual es ineludible en un teatro de creación. La vida como combate, con todo lo que tiene de noble, era algo que él apoyaba. Y en teatro es interesante intentar imponer las convicciones personales y los sueños al público. No basta con tener talento, hay que tener el coraje suficiente para seguirlo hasta donde te lleve. Las cosas que nos enseñaba, a menudo las recuerdo en silencio, moviéndome: un espíritu de juego que me lleva a inventarme mis propios ejercicios, a seguir descubriendo, a alejarme de las recetas, a elogiar el error como necesario en toda creación. Los ejercicios de teatro y el paisaje ¿Qué es lo que hay enfrente del alumno cuando está realizando un ejercicio? ¿Cuál es el espacio en el que se sitúa? ¿Adónde mira? Empujo, estiro, salto, camino, giro y enfrente está el mar, la montaña, el desierto, la ciudad... al moverse el alumno de teatro envía el movimiento hacia el exterior, hacia un futuro público, como si quisiera estrellarlo contra el paisaje o hacerlo resonar en el horizonte. Al contemplar al maestro moverse en sus últimos años vi cómo había recorrido un camino que iba del movimiento al goce, y de éste al conocimiento. Con el tiempo, el cuerpo del actor-mimo pierde elasticidad y potencia pero gana en sabiduría. Los movimientos se vuelven más económicos, más justos, las impresiones corporales son mayores. Lecoq trabajaba con la idea aristotélica de que mimar el mundo es una forma de conocimiento. Mimar es “hacer cuerpo” con las cosas que nos rodean, darle nuestro fuego al fuego, jugando a ser otro con la conciencia y la distancia de que realmente no se es otro, tal y como juegan los niños preparándose para la tarea de vivir, “irrealizándose en el personaje” que diría Sartre, creando una ilusión. Creo que su pedagogía culmina y se consolida en los últimos años y la vierte con claridad en su libro Le corps poetique, que es el fruto de más de cuarenta años de búsqueda compartida con sus alumnos. Un legado de reflexiones, descubrimientos y provocaciones, un libro que tiene la extraordinaria cualidad de que al leerlo parece que le estés escuchando. Cómo terminar con la Expresión Corporal. Frente a Meyerhold y su descomposición de movimientos, la geometrización del desplazamiento escénico, su concepción mecanicista del cuerpo humano, tratándolo de máquina o de instrumento sumiso a órdenes provenientes del exterior, Lecoq nunca habló del cuerpo como una herramienta; el cuerpo era ya poético en sí mismo. No entrenaba atletas, algo que sí hizo a principios de su carrera como educador deportivo, ni se preocupaba por conseguir determinadas fisonomías. Formaba actores. A menudo cuerpos muy trabajados, elásticos y con gran potencia son incapaces de expresar nada sobre un escenario. Y actores torpes en ejercicios se mueven con justeza una vez metidos en situación y cuando juegan a hacer teatro. Afirmaba que un perfeccionamiento técnico, si se vivía realmente conllevaba un perfeccionamiento de la personalidad del alumno. En definitiva, le interesaba más la impresión corporal que la expresión corporal. Trabajaba la improvisación, que sirve para sacar al exterior lo que los alumnos llevan dentro, y el análisis de movimiento que es recorrer el camino contrario, del exterior al interior. Nos incitaba a reinventar una gestualidad para la escena, sabedor de que el gesto cotidiano del hombre moderno se queda pobre, y es insuficiente para alimentar el teatro. “Bailas como mi hermana” decía a sus alumnos incitándoles a que reinventaran un nuevo baile, nunca visto, desde su personaje. Lecoq reventó el mimo tal y como se le conocía hasa entonces, lo sacó de su fosilización, renovó su vocabulario y se reía cada vez que alguien le hablaba del “mimo puro”. Como si la pureza fuera un valor en el arte, fruto siempre de las influencias, del mestizaje, del contagio, más en nuestra época donde las fronteras artísticas tienden a borrarse. Ligado a cada cultura por la escuela, gran viajante, le gustaba el sentido de los grandes espacios que poseen los australianos, el misterio de la noche que aportaban los nórdicos, el sentido plástico de los suizos, la conciencia corporal de los japoneses, la osadía de los españoles y sobre todo disfrutaba viendo a la gente moverse. “Puedo olvidar el nombre de alguien, pero nunca cómo se mueve si lo he tenido en clase”, me dijo una vez. Una ética de trabajo Ver y reconocer la realidad, ir más lejos que la realidad misma para darle forma, implica un conocimiento de la leyes del movimiento, pero sobre todo -y aquí radica la gran fuerza de su escuela- supone desarrollar un imaginario teatral propio, rico e interesante para el público. Un teatro donde el actor fuese capaz de crear imágenes con su cuerpo y voz. Una creación prolija en actitudes corporales fuertes, preocupada por los tiempos de reacción, interesada en el trabajo de coro, de máscaras, siempre a la búsqueda de una escritura personal. Lecoq, gran esteta, supo inculcar en sus alumnos una ética de trabajo que pasa por el reconocimiento del teatro como acto colectivo. Y por situar al público en el lugar que se merece, ofreciéndole calidad. No hay buen teatro sin la idea de grupo detrás, y a esto te enfrentabas en su escuela. Al estar obligados a crear juntos cada uno debía encontrar su voz y su sitio en los trabajos, imponiéndose y cediendo al mismo tiempo. No enseñaba a sus alumnos a ser de su tiempo, no les imponía los temas o de qué tenían que hablar. Apuntaba caminos y direcciones que luego renunciaba a seguir. Los hallazgos teatrales que se producían en su escuela los dejaba a sus alumnos para profundizar en un trabajo posterior. Algunas de las búsquedas efectuadas en su escuela desembocaban en posteriores espectáculos. Se oponía a los pedagogos que utilizan a sus alumnos para su búsqueda personal, como hizo Grotowsky en sus últimos tiempos. Consideraba que sus alumnos tenían más talento que él en la creación y por eso les dejaba la tarea de inventar, interpretar, escribir, dirigir. Separó perfectamente lo que es una escuela de teatro, el lugar donde llevaba a cabo su vocación, y la práctica escénica. Una escuela de teatro debe dar cabida a muchos teatros posibles, preferentemente a aquellos que todavía están por llegar, sobre todo si es una escuela de creación. Ayudaba a los alumnos a descubrir los motores de juego que permiten la escritura dramática. A cada uno correspondía la elección de temas y el imprimir un sello personal en el trabajo. Hombre de enorme personalidad tuvo el valor de vivir como le gustaba en sus últimos años. Se fue alejando poco a poco de los grandes festivales y eventos, rechazó acudir al Festival de Avignon que le invitaba en calidad de “mimo” y especialista en el “teatro del silencio”, (en Francia es todavía mal conocida su pedagogía y así se tiende a etiquetarlo), y sí accedió a venir a la Mostra de Mim de Sueca por el placer de seguir descubriendo nuevos encuentros, y por la talla más humana que ofrece el festival. Cuando terminó nuestro año reunió a todos sus alumnos -por allí estaban mis compañeros María del Mar Navarro, Ángel Bonora, Sergi López, Helena Plà, Gràcia del Ruste- para decirnos: “A partir de ahora en vuestros trabajos teatrales, si son buenos hablad de la escuela y si son malos... hablad de la escuela”. Tenía el don de hacer el comentario justo para cada situación. Me impresionó mucho una observación suya cuando le hablé admirado de lo bien que se movía un compañero, y de la enorme presencia escénica que poseía. Jacques Lecoq me contestó en tono de impotencia: “Sí... lástima que quiera tener éxito”.

Thursday, May 15, 2008

Reducacion

Reducación
es la Comisión Educación
creada en el II Congreso
de la Red Costarricense de Artes Escénicas
2008